jueves, 28 de noviembre de 2013

Decíamos ayer...

No he podido resistir la tentación y le he tomado prestado al mismísimo Fray Luis de León aquél ingenioso comienzo al retomar las clases después de sus cinco años en prisión.  Si bien es cierto que yo no he estado en la cárcel, mi descanso repentino de blog sí que tuvo un poco de forzoso y un mucho de inesperado.  

Lo primero que he hecho es desprenderme de los colores oscuros para dejarlo mucho más limpio y claro.  Lo segundo, ponerme una música adecuada para la ocasión, JOAN AS POLICE WOMAN y su Real Life, aquel disco que tanto hemos escuchado y disfrutado juntas.  Lo tercero, intentar poner en orden todas esas ideas y sentimientos que me queman en las yemas y corren como locas hacia las teclas.

Imposible.  Esto último ha sido realmente imposible.

No sé si a nosotras alguien nos robó el mes de abril, tal como cantaba Sabina.  Pero sí nos hizo preguntarnos en muchos momentos cómo pudo sucedernos.    Fue tal el paréntesis que abrimos el día en que, sin avisar ni preguntar, el cáncer apareció en su/nuestra vida, así, ¡plas! de sopetón, que siento que estos 8 meses bien podrían ser 8 años o, por el contrario, 8 días.  ¿Por qué entonces decido hoy retomar el blog?  Porque mañana por la noche hará exactamente 5 años que colapsamos, que decidimos abrir otro paréntesis, el que nos borraba de nuestras vidas por una noche y nos escondía de miradas ajenas y de juicios.  El paréntesis que nos llevó a un borrón y cuenta nueva, a un punto y final y a un comienzo de una nueva historia.

Hoy me gustaría también poner aquí un punto y final a aquello que nos lleva acompañando desde exactamente el 8 de abril.  Pero todavía quedan unos metros, muy poquitos, para llegar a la línea de meta.  Ha sido una carrera de fondo, de las que requieren esfuerzo, confianza y mucho ánimo.  Has sido un ejemplo para mí y para todos/as los/as que te rodean de fuerza, valentía y energía positiva.  Incluso en ese par de momentos que te sobrepasaron.  He sentido, más que nunca, que éramos dos pero que a la vez éramos una.  Incluso nos hemos reído en más de una ocasión (nunca olvidaré la última sesión de quimio con canción y sesión fotográfica incluída).  Y lo que es más importante, hemos reafirmado nuestra idea, ésa que nunca nos había abandonado, de disfrutar de la vida y  saborearla, de agradecer lo que tenemos y no sentir nostalgia de lo que, quizá, nunca tendremos.

Es sólo una fecha, lo sé.  Pero no podía dejarla pasar.

"Si me desperté una mañana a tu lado, es que el universo no estará tan mal pensado".