no recuerdo cuándo fue la primera vez que me levanté con mi padre a ver unos encierros de sanfermines acompañados de unos huevos fritos, pero sí se que fue un ritual que me acompañó durante toda mi infancia...
después de unos días en madrid y otros en mi pueblo haciendo las labores de "tía", la parada ahora es en sanfermines para preparar la maleta rumbo a cádiz... ¡y que viva el veranito!
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