Cuando llegas al barrio de maravillas no hay apenas calles anchas de largos carriles y coches ruidosos. En sus calles estrechas y esquinas dobladas no hay moles de edificios, hay hogares y casas. Te recibe con sol y con una pequeña plaza cuyos protagonistas son los árboles, las terrazas y la gran Clara.
En el barrio de maravillas la gente se saluda y se conoce por el nombre, hay carnicerías, hay tiendas de barrio que conviven codo con codo con locales modernos y locales modernos que mantienen vivos los baldosines y mobiliario con los que los vistieron seguro hace ya unos cuantos años.
En el barrio de maravillas no hay razas, ni tribus, ni heteros ni homos, ni ricos ni pobres... hay gente, hay personas e ideas...
...y unas escaleras que crujen pero no se quejan, te reciben y te llevan allí donde esperan con los brazos abiertos y un montón de palabras y de letras, ELLAS.
PD: para la familia Faraláez y Sasha por un finde inmejorable y por habernos hecho sentir... pues eso, de maravilla.
FOTO: desde el coche, volviendo a casa el domingo por la tarde.
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Lo que es una maravilla, es volverte a leer. Muas1
ResponderEliminarPerfecta maravilla.
ResponderEliminarpoco a poco voy volviendo, chicas, escribo poco pero sigo leyendo, eso sí. Ah, y gracias!
ResponderEliminaruna gran maravilla
ResponderEliminarbesazo
me ha encantado tu post :-)
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