“He estado intentando convencerme de que abandonar a una persona no es lo peor que se le puede hacer. Puede resultar doloroso, pero no tiene por qué ser una tragedia. Si uno no dejase nunca nada ni a nadie, no tendría espacio para lo nuevo. Sin duda, evolucionar constituye una infidelidad…, a los demás, al pasado, a las antiguas opiniones de uno mismo. Tal vez cada día debería contener al menos una infidelidad esencial o una traición necesaria. Se trataría de un acto optimista, esperanzador, que garantizaría la fe en el futuro…, una afirmación de que las cosas pueden ser no sólo diferentes, sino mejores.”
Fragmento de “Intimidad”, de Hanif Kureishi, novelista, autor teatral, guionista y director de cine británico.
Hace ya casi cuatro años la mujerdemivida me envió este fragmento del libro de Kureishi. Eran aquellos días en los que leer su nombre en un sms o email me sobresaltaban y hacían sentir más viva que nunca, esos días en los que cualquier canción o cualquier fragmento de un libro parecían estar escritos expresamente para nosotras. Y estas líneas, desde luego, daban sentido a todo. Quizá fueron palabras que nos ayudaron a no sentirnos tan mal y a entender mejor el carácter irreductible del deseo.
Fue premonitorio, porque apenas unos días después "colapsó todo".
Sin duda es uno de mis fragmentos literarios preferidos. Hoy ha venido a mi mente no se muy bien por qué, quizá porque tengo ganas de que esa amiga que está sufriendo desde hace tanto (demasiado) se traicione por fin, y deje espacio de una vez por todas a lo nuevo, que deshaga ese último nudo que le ata a una historia viciada y sin sentido, que elimine la palabra "fracaso" y añada "evolución". Que rompa unilateralmente esa "no-relación" que dejó de ser hace mucho tiempo una historia de amor. Y que se convenza de que lo doloroso no siempre es trágico, y lo trágico no es definitivo, y siempre, o casi siempre, trae algo mejor consigo.