Nos escapamos hacia el silencio, a ese valle castellano-leonés donde el tiempo parece pararse, donde el ruido y la furia de las prisas dejan paso al único sonido de la tranquilidad y el reposo. Paraje de místicos, de anacoretas y ermitaños en busca de la tan ansiada paz interior... rincones llenos de historia y vestigios románicos, mozárabes...
Cuenta la leyenda que un día San Genadio estaba meditando en su cueva y el ruido de un río no le dejaba concentrarse, así que le gritó "cállate" y el río cesó de hablar. Qué bien poder hacer lo mismo cuando nuestros días están invadidos de tanto bla bla bla...
Y ante tal atractivo plan, parece ser que la lluvia se apunta. Pero ¿quién le dice que no?
PD: antes de dejar que el silencio nos invada, comparto esta increíble canción con vos.
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