viernes, 18 de enero de 2013

AMOUR

Tenía la película que ví ayer todos los ingredientes para hacerme pasar un mal rato, casi todos mis miedos concentrados en dos horas de metraje: la vejez y el inevitable deterioro que nos trae el paso del tiempo.  Y sí, ciertamente pasé ese mal rato, pero a ratos la tristeza y el desasosiego eran anulados por las enormes dosis de ternura que acompañan prácticamente todas las escenas de esta grandísima película: AMOUR de Michael Haneke.

Es practicamente imposible no meterse de lleno en una película que aborda situaciones tan familiares y reconocidas por casi todos, además de hacer uso de un tempo más que sosegado que, en lugar de provocar impaciencia y aburrimiento, lo que consigue es hacernos partícipes de esa realidad tan bien representada.

Es tan real que duele, duele tanto que entristece y es tan triste como cruda y tan cruda como tierna.  Muy tierna.  Me atrevo a decir que es la película más tierna que recuerdo en mucho, muchísimo tiempo.  Y la grandeza de la película, en mi opinión, radica precisamente ahí, en conseguir que después de esas dos horas de intensa emoción lo que me lleve a casa sea el grandísimo amor que estos dos maravillosos personajes se profesan.

Recomendadísima.






4 comentarios:

  1. De la próxima semana no pasa. Tengo ganas de verla y sentir esa misma crudeza y ternura.

    :-)

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  2. Apetece mucho pero no sé si estamos para ello... Mejor intentar transformar agua en vino, como el milagro..
    Besico y alegría por tu disfrute

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  3. Haneke vuelve a cambiar de registro. Con 'Amour' vuelca su mirada a la vejez y el derecho de morir en paz. Los actores, fantásticos. Un saludo!

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