34

recibí a mis 34 añazos en medio de una marea humana de unas 30000 personas (según la radio) al ritmo de camela, los manolos y las diversas carpas de interpeñas, poniendo litros un año más y rompiendo la promesa que hice el año pasado de no volver a pasar un cumpleaños sin ella

aunque no fue la primera en felicitarme, esta mañana, cuando he llegado a las 8 de la mañana muertita y dolorida, la conversación que hemos tenido por teléfono ha aliviado todos mis dolores y mi pena, porque sé que ésto son nada más unos días, y a ella la tengo para toda mi vida, todos los cumpleaños que me queden y los que no también

brindo por mí y por mis 34 años y porque quizá éste sea el momento más dulce de mi vida

y que sigan las fiestas...