sábado, 29 de septiembre de 2012

contra los recortes culturales... a la mieeerda

Lo escribió primero Shakespeare, luego Faulkner, y una servidora lo tomó prestado para elegir el título de su blog, la vida como cuento contado por un idiota, llena de ruido y furia.  Ahora, más que nunca, son días de ruido y furia, y en muchos casos, de palabras vacías.  Disfrutar de una peli muda, como ya hicimos con Wall-E, con The Artist y ayer con Blancanieves, puede ser una buena terapia.

Son también días de recortes del 30% (otro más) que este DesGobierno va a aplicar a la cultura, pero en esta casa lo combatimos yendo al cine, al teatro o a un museo en cuanto el cuerpo nos lo pide.  Ayer fue BLANCANIEVES (magnífica, pero eso sí, abstenerse antitaurinas, supongo), pero en nuestra lista marcamos también PURA VIDA, el emotivo documental sobre el montañero Iñaki  Ochoa de Olza fallecido en el Annapurna, y las últimas de Trueba y Woody Allen.

 Tenemos entradas para la obra de teatro EL PROYECTO LARAMIE, obra que quizá algunas ya habréis visto, que llega ahora a nuestra ciudad y que para las que no sepáis nada os contaré que es un grito contra la homofobia y la intolerancia puesto que el punto de partida es el asesinato en 1998 del joven Matthew Shepard de 20 años en Laramie, Wyoming, por ser gay.

Y nos morimos de ganas por ir a Madrid y disfrutar de la superexposición de la fotógrafa IMOGEN CUNNINGHAM en la Fundación Mapfre.

Rajoy y compañía lo están intentando, pero de momento con nosotras no pueden.   Como diría el gran Fernando Fernán Gómez... ¡¡A LA MIEEERRRDA!!

jueves, 27 de septiembre de 2012

un 27 de septiembre y otro 27 de septiembre

Aquél 27 de septiembre de 2008, los titulares de EL PAIS contaban en su portada la nacionalización de un banco por parte del gobierno británico, la exigencia de la ONU a Irán de interrumpir su programa nuclear, el plan de rescate financiero de Bush y el asesinato de una mujer en Valencia cometido por su ex pareja.  En El MUNDO nos decían que los presupuestos para el 2009 traían más paro y subida encubierta de impuestos.  Fernando Torres jugaba en el Liverpool y el Villarreal era líder de la liga de fútbol española.

Aquél 27 de septiembre nos dimos a eso de las 23h nuestro primer beso, prohibido, robado, furtivo.  Horas más tarde, con el frío del amancecer y arrastrando nuestras zapatillas aún con las huellas de una noche de fiesta, desayunábamos besos y churros ajenas a todo y a todos, y dándole por unos momentos la espalda a nuestras respectivas vidas.

Hoy, cuatro años después, no sé qué sería de aquel banco nacionalizado, Irán sigue a lo suyo, de Bush ya casi nadie habla, pero desgraciadamente la crisis financiera sigue, y más desgraciadamente todavía, el número de mujeres asesinadas por sus parejas aumenta.  Torres me importa un pimiento y el Villarreal está en 2ª.  Y a todo esto le añado una semana en la que, una vez más, las fuerzas de "inseguridad" de este nuestro querido estado, han hecho uso y abuso de sus herramientas de trabajo.  Y los políticos no se enteran de nada, y algunos periodistas tampoco, y hoy en la mani de Pamplona por la huelga general también ha habido palos, y... vamos, que ésto es un asco.

Pero también hoy, cuatro años después, se que el primer beso del día no será furtivo, ni robado, ni prohibido.  Probablemente no habrá churros, sino cereales o tostada con mermelada.  Las zapatillas las tengo relativamente limpias, y a lo único que me apetece darle la espalda es a esta clase política y financiera que nos está destrozando.  Para lo demás, mirando de frente y contigo de la mano.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Fuente: Anna Beta. Tamaño:72


...y un otoño más que te quiero



jueves, 20 de septiembre de 2012

la cabina

Pues no, no tengo Whatsaap.  Y ésto, unido a la conversación que mantuve ayer con mi depiladora,  me convierte en una abuela Cebolleta contando batallitas a mis casi 36 años:

Resulta que pertenezco (yo, que me creía tan joven y tan actual por seguir llevando zapatillas) a esa generación que empezó a estudiar en la universidad cuando apenas empezaba a usarse el correo electrónico.   Cada estudiante teníamos un número/cuenta de usuario para usar dicho correo.  Todavía las cartas tradicionales formaban parte activa y comunicativa de mi vida cuando tímidamente se empezaban a colar los emails, y si no me falla la memoria  el primero fue con mi amigo Alberto, que por aquel entonces estudiaba periodismo en Bilbao.  No lo recuerdo, pero seguro que en algún momento pensé en lo alucinante del tema, en esa correspondencia tan rápida y directa.   Y eso que a los románticos/as como yo, lo de desprendernos de las cartas de puño y letra nos costó lo suyo.

Casi simultáneamente llegaron los móviles.  La crítica a los usuarios/as de ellos era feroz: "¿pero será pijo/a? ¡pues no va y coge el teléfono en el autobús y se pone a hablar delante de todo el mundo!".  Vivía yo entonces en un piso de alquiler con mi hermana y mi primo, y teníamos un nokia 5110 rojo que nos habían regalado.

Y ésto sí que fue la revolución:  lo cargábamos con mil pesetas que nos duraban una eternidad, y lo dejábamos puestico en la mesita del comedor, ahí quieto, porque las funciones de semejante aparato eran las de un teléfono fijo al que nuestras madres podían llamar en caso de emergencia.  Alguna vez nos dábamos el supercapricho de hacer una llamada rápida de 30 segundos, e incluso recuerdo haber mandado algún sms (¡¡madre mía!!).

Supongo que muchas de vosotras, al igual que yo, tuvisteis que marcharos de vuestros pueblos a estudiar a alguna ciudad.  Los pisos de estudiante con teléfono fijo eran un lujo y Telefónica por aquel entonces tenía unas tarifas todavía más abusivas.  A partir de las 22h la tarifa se reducía considerablemente, con lo que las cabinas telefónicas (¿alguien recuerda cuándo usó por última vez una de ellas?) eran oscuros objetos del deseo.  Y no se por qué razón, los jueves se convertían en el día por excelencia para llamar a las madres.   La estrategia estaba clara: bajábamos a las 21'45 los 3 y nos repartíamos por cada una de las cabinas de las esquinas de mi calle, y el que primero tenía una libre avisaba a los demás.  100 pesetas, a partir de las 22h cundían pero que mucho.  Y si no eras lo suficientemente rápido y estratega, pues a chupar fila tocaba.

Y de nuevo me vi en otra conversación de éste tipo, y me dí cuenta de que parece que fue ayer pero que en realidad han pasado casi 20 años.  Y ahí es donde tengo mi punto flaco, en el paso del tiempo, en que los acontecimientos no se deslizan sino que se agolpan, y a veces incluso nos atropellan.  Con lo que mi irritación después de pasar por la depiladora, esta vez fue doble.

martes, 11 de septiembre de 2012

presuponiendo que es gerundio


Suena el timbre, es mediodía.  Es una cosa que me fastidia sobremanera: ¿por qué no hacen uso del telefonillo y entonces yo ya decido si abro o no?, además de evitarme el momento mirilla, que total ya ves tú, como si yo fuera una especialista en fisonomía que detectara psicópatas, ladrones y violadores de un solo vistazo.  En fin, que a lo que íba, suena el timbre y es mediodía:

- ¡Holaaaaa! (Dos mujeres carpeta en mano me saludan efusivamente)
- Hola.
- Mira, somos de Vodafone y ya hemos estado hablando con todos los vecinos, con Juan, con Miguel... (¿Juan?¿Miguel? ¿pero quién son ésos? puestos a inventarse nombres para darle credibilidad a lo que me contáis podíais haber sido más ingeniosas).  ¿Vives aquí?
- Sí,claro.
- ¿Y la línea de teléfono está a tu nombre?
- Umm, pues no, está al de mi pareja, y ahora no está en casa.
- Ah, vale, ¿y cuándo podríamos hablar con ÉL? (uuuuuuuuuh! uuuuuuuuh! ninoninoninoninooo! saltan las alarmas!!)
- ¿ELLA? pues por la tarde.
(Momento embarazoso donde los haya, la chica me mira nerviosa,se sonroja, mira a su compañera, me mira a mí, vuelve a mirar a su compañera, me vuelve a mirar a mí...)
- Eh, uh, estooo... ehh, ay, perdona (azorada y nerviosa busca la mirada comprensiva de su compañera, yo contemplo divertida la escena, y de repente se suelta a hablar deprisa y atropellada), si es que ésto me pasa por.. estooo... en fin, claro, claro (claro, claro ¿qué? ¿me vas a decir ahora que tengo pluma?).  Si fíjate, casi estoy a punto de decirte que si estaban tus padres.  (¿? Jajajaja, carcajada interna y sonrisa externa para no meter más el dedo en la llaga, pobreta)
- Mujer, que tan joven no soy.
- Claro, claro (¿otra vez claro, claro? ¿y ahora cómo me lo tomo?).  Bueno pues perdona ¿eh?y volvemos esta tarde y hablamos con las dos.  (Muy bien, así me gusta, con naturalidad) 


¡Y vale ya de presuponer heterosexualidades, coño!

viernes, 7 de septiembre de 2012

este momento


{este momento} - un ritual de Viernes. Una sola foto - sin palabras - la captura de un momento de la semana. Un simple momento especial, extraordinario. Un momento para hacer una pausa, disfrutar y recordar. (Inspirado por Soulemama)





miércoles, 5 de septiembre de 2012

E LIBR QU NO P EDE ESPER R



E LIBR QU NO P EDE ESPER R

A mí todavía hay cosas que me dejan con la boca abierta: ¡un libro que en cuanto lo abres y sus páginas toman contacto con el aire, la tinta se va borrando y las palabras desaparecen! ¡Craka! De hecho, tienes 60 días para leerlo, o de lo contrario, el libro se irá desvaneciendo entre tus manos, o peor aún, en ese rincón olvidado de tu estantería.

La idea es de la editorial Eterna Cadencia (pero qué nombre tan bonito, madrededeu), y aunque supongo que tendrá sus detractores, a mí me parece de lo más ingenioso.  Y, si como dicen, es una iniciativa para ayudar a los jóvenes escritores a pasar ese gran escollo de la primera edición, chapeau!

¿O no?

domingo, 2 de septiembre de 2012

los veranos de las medias sandias



Post-it escrito esta tarde, después de una comida tête-à-tête regada con gin-tonics al sol, como los lagartos.  Post-it escrito como parte del ejercicio recomendado por una amiga, que consiste en escribir dos de ellos semanales remarcando algo positivo, todo ello para comenzar con buen pie un nuevo curso que, como siempre, trae algunas incógnitas.

Post-it escrito como resumen de otro verano perfecto a su lado, que comenzó en las costas gaditanas, que siguió con sobrinos, piscinas y pueblos, con un viaje a Madrid perfecto (con Farala, Kali, Hopper, el tinto de verano y los abanicos), escapadas al monte, a Hondarribia, a Donosti, con visitas de amigos, con un curso de formadora lingüística, con sexo a 40 grados y con el color de sus ojos, ese color que sólo yo veo.

Y van cuatro los veranos de las medias sandias...