jueves, 9 de junio de 2011

en caída libre

(No se si fue un beso robado, o uno rebelde que consiguió escaparse de ese lugar en el que permanecen tantos y tantos besos.. los nunca dados, los deseados, los olvidados...)

Ellas sabían que ese fin de semana podía cambiarlo todo. "Una" intentaba distraerse en un cine céntrico viendo la última de Woody Allen. La "otra" se revolvía nerviosa en el asiento de aquel tren regional que tan bien conocía.

Habían pasado varias semanas desde la última vez en que sus ojos habían coincidido. Cuando llegó al bar, la "una" fue saludando uno por uno a todos dejando a la "otra" para el final, temerosa de que alguien adivinara lo que aquellas miradas se estaban diciendo, de que alguien oyera el estrepitoso bombeo de su corazón...

En el restaurante la ¿casualidad? hizo que se sentaran juntas con sus respectivas parejas a ambos lados. Me dicen, me cuentan que apenas recuerdan qué cenaron, qué hablaron y qué escucharon.

Fueron dos minutos, quizá menos, el tiempo suficiente para levantarse a la vez, ir al baño, cerrar la puerta y la "una" atreverse a dar el paso suficiente para que los centímetros se convirtieran en milímetros y poder así "robar" aquel beso tantas veces soñado. Desde ese mismo instante la "otra" supo que acababa de lanzarse y que aunque no sabía si había red al final, el vuelo estaba siendo exactamente tal y como había siempre soñado.

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