Y digo que no se de dónde me viene porque prácticamente crecí sin ver una cámara en mi casa, y hasta bien mayor no tuve mi cámara propia. Vamos, que mis regalos de comunión fueron más bien del estilo "niño jesús con alfombrita y álbum nacarado".
Pero sí recuerdo las fotos de polaroid que hacían mis primos, y el misterio tan alucinante que me parecía el que agitando un trozo de plástico saliera una imagen.
En la era de las aplicaciones fotográficas para smartphones y del retoque digital también convive el regusto por lo de antaño, y además de poder darles un toque vintage a nuestras fotos digitales, ha habido un revival en los últimos años de las polaroid y las camas lomográficas, y no hay tienda pop y moderna que se precie que no las tenga en sus vitrinas.
Buscando en el baúl de los recuerdos, la mujerdemivida encontró este modelo de polaroid del 96. A la espera de encontrar una película adecuada, de momento hemos decidido hacerle un hueco decorativo en nuestra estantería. Y de verdad que no me canso de mirarlas, ni a ella ni a la cámara.
Es bonita! Tengo una amiga a la que apasionan este tipo de cámaras y va haciendo fotos sin pedir permiso.
ResponderEliminarésas son las mejores fotos, sin duda
Eliminarjó, a mí también me pasa lo mismo y tampoco sé de dónde me viene... algún otro gen invertido??? jajajaja
ResponderEliminarMuy bonita la polaroid!!
madre mía, ya ni sé cuántos genes invertidos tengo, jaja!! sí que es chula, sí...
Eliminarmooooola! a ver si encontráis película, que os deje un buen recuerdo de vez en cuando!
ResponderEliminarAcabo de tropezar con tu blog y, después de reír a carcajadas con el post "las bragas por la ventana" he seguido husmeando y me he topado con éste.
ResponderEliminarNo sé dónde acabó mi polaroid, pero sí lo complicado que era encontrar película, ahora una empresa de otro nostálgico se las ha reinventado:
http://the-impossible-project.com/