lunes, 29 de noviembre de 2010

una historia, dos años, tres aniversarios

Fue hace 2 años.

Era sábado y esa noche íba a ser la primera de muchas. Vino a buscarme al trabajo a media tarde, la recuerdo con un abrigo verde a juego con sus ojos, tímidas las dos pero a la vez deseosas. Los nervios seguían ahí, en el estómago, donde se habían instalado desde primera hora de la mañana impidiéndome que probara bocado alguno.

Por aquel entonces mi hermano estaba viviendo conmigo, así que reservamos un hotel a última hora, sobrio, minimalista, para que ningún detalle despistara nuestra atención. Cuando cerramos la puerta de la habitación estábamos dejando al otro lado nuestras vidas, no existía nadie más, no había culpa, ni consejos sabios, ni razón... sólo nosotras, sabedoras de que no iba a ser una noche sin más y que a la mañana siguiente nada volvería a ser lo mismo.

Hubo besos, risas, te quieros, no hubo minibar, ni lo abrimos, no cenamos y apenas bebimos agua, sólo alimentándonos la una de la otra, con miedo a dormirnos para no tener que despertarnos.

Abandonamos el hotel, desayunamos y los nervios, la tristeza y la culpa volvieron a aparecer a la hora de despedirnos.

Pero nada volvió a ser como antes de aquella noche. Fue la confirmación de que estábamos enamoradas, de que los sentimientos habían podido con nosotras. Yo le digo siempre que para mí éste podría ser nuestro aniversario, un 29 de noviembre. Pero ella dice que también podría ser el 30 de diciembre, cuando después de haber desaparecido 48 horas del mundo real bajo las sábanas de un hotel, al despedirnos yo le pedí tiempo, unos dias sin llamadas y en los que yo pudiera asimilar todo lo que se me había venido encima. Cuando apenas hacía un minuto de aquella petición mía, ya la estaba llamando, ella sonrió y supo que yo ya era suya.

Así que aquí está el lio de los aniversarios, porque si no es suficiente con el 29 de noviembre o el 30 de diciembre, yo añado el 11 de enero. Veníamos de pasar las que quizá habían sido nuestras peores navidades, no recuerdo haber llorado más en mi vida. Aquel domingo 11, después de disfrutar la exposición de Eva Armisén y de unos pintxos por el tubo, nos fuimos a mi casa. Puede parecer una tontada, pero a mi me costaba mucho verla en mi habitación y que ningún recuerdo se colara por debajo de la puerta. Pero ese día fue distinto, y al verla allí, en mi cama, me di cuenta de que el dolor dejaba paso a la ilusión y la culpa a la certeza de saber que aquella era la historia de nuestras vidas. Para mi aquel 11 de enero fue el comienzo de lo que íbamos a construir juntas.

Todavía cerramos los ojos y nos acordamos de las sensaciones, palabras y miradas de aquel 29 de noviembre. Y hoy, cuando las heridas llevan ya mucho cerradas, las dos sabemos que no lo supimos hacer mejor, que el que sepa... chapeau!! pero que aquí estamos, queriéndonos cada día un poquito más si cabe, con la misma ilusión de aquella primera noche y con el deseo de hacernos viejíiiiiiiiiisimas juntas.

Luego te beso.

11 comentarios:

  1. Qué preciosidad de historia. Qué bonita, de verdad. Se pueden palpar vuestras sensaciones a través de tus letras. Me encanta y me ha hecho asomar una lagrimilla tu post, de envidia y empatía.
    Lo coronaría con un Victoria de los Kinks, o con Crown of love de nuestros queridos Arcade...
    Besos y enhorabuena!
    Musiquera

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  2. vaya musiquera, mil gracias por tu sentido comentario... a mi también me gusta ponerle música a los momentos, y entre otras, una de las canciones que más pensaba era Heroes de David Bowie, por aquello de lo de "just for one day". Y por cierto, ¿no tienes blog, joer?

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  3. qué bonito, oye. y nada de descutir las fechas, se celebra TODO, TODITO, TODO! Cada motivo tene su puntito.

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  4. precioso, bekiddo, tu post y vuestra historia y con final feliz! ¡que más e puede pedir?

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  5. Qué bonito...historias como estas hacen que el mundo merezca la pena...

    Te sigo :)

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  6. hormiga, de momento ayer lo celebramos con el barsa, un bocata y una birra, me encanta la sencillez, jaja

    farala, pues supongo que por perdir pedimos que la ilusión siempre nos acompañe y que la monotonía no elegida nunca entre en nuestra relación

    mónica, gracias por pasarte

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  7. No, la musiquera no tiene blog... Es por zángana que soy, sé que lo tendría al pobre ¡lleno de telas de araña! Pero todo se andará, todo se andará... ¿Un blog bollomusical? Mmmmmm, es una opción ;)

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  8. jaja, pues espero ser de las primeras en enterarme, venga anímate

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  9. bonita historia

    y qué más dará las fechas, a celebrar todo, sobre todo el día a día

    achuchones

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  10. pues sí, itxaro, porque si te digo como lo celebramos ayer... con unas cervezuelas y un bocata en el bar de debajo de casa disfrutando del barsa, y tan felices oye, jaja. Por cierto, si has visto en el post anterior, te borré un mensaje sin darme cuenta, ups

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